Cada vez son más las parejas que en Cuba se enfrentan a la imposibilidad de concebir un hijo; con el fin de ayudarlas el sistema de Salud pone en práctica varias alternativas de atención, entre ellas las consultas de infertilidad
Para Ana el sufrimiento se repetía mes tras mes. Cuando arribaban esos días quería que la tierra se la tragara; perdía los deseos de trabajar, de hablar, de reír. La llegada de su periodo menstrual le recordaba que esa vez tampoco había sido, que el bebé tan deseado no crecía en su interior y el tiempo avanzaba, ya no era una jovencita…
Solo se atrevía a comentarlo con las amigas más cercanas, ellas le aconsejaban ir al médico; pero Ana tenía miedo. ¿Y si le diagnosticaban algún problema sin solución? ¿Cómo decirle a Javier que tenía que hacerse análisis? Un día reunió el valor y se desahogó con él, le pidió que buscaran ayuda. Para su sorpresa le contestó: “mañana mismo vamos”. Ambos querían un hijo, sería un camino difícil pero necesario para que la familia creciera.
HISTORIAS QUE CONFLUYEN
En la consulta de infertilidad del Hospital Materno Provincial Julio Alfonso Medina, de Matanzas, confluyen historias disímiles pero todas con un punto en común: el deseo de superar padecimientos que impiden lograr un embarazo o llevarlo a término. Dayami, de 39 años y natural de Perico, refiere: “Hace dos años que me atiendo aquí; me hicieron la prueba del periodo menstrual, la laparoscopia, la destupición de las trompas. Yo me cuidaba porque tenía problemas personales y cuando quise tener un bebé presenté trastornos hormonales. Vine y, gracias a un tratamiento que me pusieron, logré tener estabilidad en el proceso de ovulación”. Afirma también que los beneficios de la atención se extienden más allá de lo físico pues la ayuda psicológica le ha sido muy útil. Continuar leyendo «Para que la familia crezca»