Descuidos y decisiones apresuradas provocaron que la biblioteca Gener y del Monte perdiera irremediablemente volúmenes y valiosas publicaciones periódicas. Hoy su personal se enfrenta a esos fantasmas del pasado, problemas constructivos y carencias materiales
Las numerosas reparaciones y el caos por el hundimiento del edificio del Casino Español –parte vital de la biblioteca Gener y del Monte– no solo trajeron aparejadas la desorganización de Fondos Raros y Valiosos y la pérdida de sus ejemplares. Un hecho muy doloroso ocurrió a la vista de todos.
“Recuerdo los camiones cargando en la calle de Santa Teresa; tiraban las revistas y los periódicos desde arriba. Así se perdieron fuentes fundamentales de consulta. Por ejemplo, Verde Olivo, LPV, Deporte Derecho del Pueblo pudieron donarse al Centro de Documentación del Inder.
“Le pregunté a la directora de entonces y me dijo que la Biblioteca Nacional José Martí (BNJM) había dado la orientación telefónica de eliminar todo aquello que no tuviese relación con la historia local”, relata Reynaldo González Villalonga, periodista y fundador de la filial matancera de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba.
La licenciada en Historia del Arte y en Información Científica y Bibliotecología y trabajadora de la institución por más de cuatro décadas, Caridad Contreras Llorca, también vivió con pesar aquel suceso. “Estábamos trabajando en la parte alta del edificio Guiteras, por eso nos enteramos cuando era muy tarde. Un día llegó el investigador Urbano Martínez Carmenate y nos alertó: ‘¿saben que la biblioteca está botando periódicos?’ Fuimos para allá y era cierto. Nos explicaron que la BNJM había dispuesto deshacerse de lo que no fuera de Matanzas, incluso lo extranjero; y de la prensa nacional conservar solo los últimos cinco años”.
La Hemeroteca contaba con posesiones inestimables, entre las que destacaban publicaciones cubanas cerradas y otras esenciales para el estudio de la historia del país, como una colección casi completa de Bohemia. Además de ejemplares del National Geographic Magazine, Mujer soviética, Sputnik, China reconstruye. Todo eso terminó como materia prima.
“Aquello era un disparate. Para mí fue demasiado y tuve la presión alta un mes, –recuerda Contreras LLorca, también investigadora- protesté a la BNJM y en una de las visitas al centro dijeron que no habían dicho que los botaran, sino que no era necesario almacenarlos porque ellos estaban digitalizando esos documentos; pero eso lleva años.
“No puede negarse que si una biblioteca no tiene espacio, debe desarrollar un proceso de descarte; aunque no de forma arbitraria. Primero hay que analizar lo que está repetido o no se ha movido, y luego la valía por el grado de información o la visión que expone. Se puede canjear o donar. Bohemia interesa en Cuba entera y se botó, todo el que pasaba por la calle se las llevaba”.
Como una negligencia imperdonable define la bibliotecaria ese evento, que “quedó muy oscuro y perjudica a los matanceros, en quienes había que haber pensado en primera instancia incluso si la orientación inicial hubiese sido desechar. Hemeroteca nunca más se recuperará. La BNJM solo da acceso a las publicaciones periódicas a los investigadores categorizados, no posee las mismas funciones de una biblioteca pública”.
Incidió entonces, según la mayoría de los entrevistados, la falta de un sentido de pertenencia acendrado, que permitiera apreciar la gravedad de dicha disposición.
Mario J. Valdés Navia, director actual de la institución, comenta que según su criterio predominó la desesperación ante una estructura que se hundía y la inexistencia de un lugar para resguardar los bienes. “Las bibliotecas provinciales no tienen que almacenar periódicos nacionales, mas las decisiones finales las toman las direcciones de los territorios.
“En cada visita la BNJM me orienta botar la parte de la colección de sala general, infestada de excretas, que se halla en la planta baja. Yo no lo he hecho, porque hay alrededor de 20 000 volúmenes, y aunque solo rescatemos 5 000, esa cifra equivale a la compra de una Feria del Libro.
“Tal contaminación se debe a que las golondrinas anidan en el interior del edificio, y por mucho tiempo no se fumigó, no había productos para hacerlo. Al estar cerrado, el número de aves también se incrementó y no se limpiaba. Se precisa una solución ecológica; sin embargo, ese no constituye el principal impedimento para reabrir las puertas del Casino”.
REVIVIR A LA GENER Y DEL MONTE
Valdés Navia asegura que uno de los objetivos para este año radica en abrir a totalidad Fondos Raros y Valiosos, que funciona hoy en la planta alta del edificio Guiteras y brinda servicios a no más de tres investigadores a la vez, solo martes y jueves. Aún resta colocar todos los estantes y finalizar el inventario.
La situación de este inmueble puede calificarse de favorable, debido a que solo faltan subsanar algunas filtraciones en la azotea y renovar determinados cristales. Mucho más complicado se muestra el panorama de la Gener y del Monte.
“Lo primero que hicimos fue reponer los sistemas hidráulico y eléctrico. Se arregló la fachada, se colocó una puerta nueva y farolas y se limpió a presión; con eso logramos quitar el 70 por ciento de la suciedad. Hay manchas de hollín, por el humo de los carros, que no se caen, habría que sustituir el arenado. Asimismo, se incluyen la restauración de las ventanas, reponer la cristalería de la planta baja y las puertas de la calle de Santa Teresa”.
Valora el director que el hecho de que la estructura ya no se esté hundiendo facilita tomar decisiones. En primer lugar se encuentra la defectación completa para asegurar “una labor de restauración sobria y duradera.
“Se debe comenzar el trabajo en la cubierta, lo que se hizo en años anteriores no sirvió. Se derrumbó parte del falso techo de la planta alta por la rotura de los alambres que lo sostienen, por tanto allí no se puede realizar actividad alguna; estamos en negociaciones con la Emcons, la empresa que lo colocó, para que le dé mantenimiento”.
La finalidad de la administración es restaurar el falso techo original, conformado por un tabloncillo, pero ahora no poseen el dinero para hacerlo. Con respecto a la posibilidad de nuevos desplazamientos en el subsuelo, los especialistas recomendaron realizar en la planta baja un prepiso que sirva de cierre y sostén.
A todas estas labores, que avanzan según lo permite la disponibilidad de presupuesto (alrededor de 220 000 pesos para mantenimiento constructivo este año), se unen el éxodo de personal y las carencias materiales. “No tenemos subdirector de servicios, conservador ni restaurador. Solo contamos con una persona licenciada en Ciencias de la Información y se retira. Quienes se gradúan no quieren venir a las bibliotecas públicas por su grado de atraso”.
Enfrentan además la obsolescencia del parque tecnológico; la ausencia de materiales de restauración y la inexistencia en el área de procesos técnicos – la encargada de la selección y adquisición de volúmenes- de insumos básicos como papel y cartulina.
A ello se suma que no se encuentran digitalizados los fondos, ni siquiera La Aurora. El laboratorio de microfilmación, ya en desuso a nivel mundial, que en el 2001 estaba en proceso de instalarse, nunca se materializó.
Valdés Navia no se atreve a establecer una fecha de completa reapertura. Mientras, la biblioteca presta el 30 % de los servicios de hace diez años y muestra bajos índices de utilización de fondos y satisfacción de la comunidad. Una realidad en la que todos los implicados deben centrar la atención, para devolverle la dicha a ese tesorero de la riqueza documental matancera y en sí mismo cimero exponente del patrimonio edificado en la ciudad.