Se me había olvidado llamar a mis padres el día anterior. Eso me inquieta. No me gusta que pase un día sin preguntarles: « ¿Y cómo está la cosa, sin novedad en el frente?»
Tomo el teléfono, entre los dos y cuatro timbres, como promedio, siempre responde uno de los dos. Pero pasan cinco, y más. «Lo sentimos, no responde», me dice una voz impersonal.
Trato con el móvil de mi padre, está apagado o fuera del área de cobertura. Lo intento en las dos siguientes horas. Sin respuesta.
Repaso los lugares en que pueden estar, es muy tarde para los habituales. Me pongo nerviosa. Me preocupo. Pienso en cosas malas y yo misma las espanto.
Entonces se me ocurre llamar a mi hermana: «Mija, ¿tú sabes dónde están mami y papi?».«Aquí, en mi casa», me dice muy tranquila.
Yo me molesto, y le pido que me pase a mami y le peleo por no avisarme que se van a mover de municipio, para que una no se preocupe por gusto; pero, como siempre, solo oír su voz alegre alisa todas mis arideces.
Ya en la noche me río de mi propio episodio paranoico, y pienso en cuánto y cuán rápido se intercambian los papeles.
que la vida siempre te sonrria y que tu sacrifico se reconosca mundialmente
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Hay una hija-mamá prematura por aquí, o varias, jejeje Pero las entiendo. Solo que cuando les lleguen los hijos se les pasará un poquito, solo un poquito, porque de lo contrario se volverán locas con tanta angustia 🙂 Besitos.
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Hermoso escrito, a mí me sucede igual, se me acelera tanto el corazón cuando no están donde sé que debían o cuando suena el teléfono en una hora no común. Adoro a mis padres y no me molesta que los roles cambien, ellos se lo merecen.
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Yo soy una niña malcriada. Olvido llamar… asi que mi mama y mi hermana me tienen puesto un gps jejeje
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Vale la pena tu preocupación por tus padres,ellos nos dieron la vida,si y crecen tambien y no nos damos cuentan.
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Te entiendo perfectamente. El viernes hice a una vecina subir a mi apartamento porque mi madre no respondía, simplemente el teléfono estaba roto. Ya en mi blog también escribí sobre algo como esto, porque la angustia es tremenda y supongo que así se sienten ellos con nosotros. Como dices, se cambian los papeles demasiado pronto.
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